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lunes, 1 de abril de 2013

Amòs habla de nuevo...4ta. parte

Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Esta promesa de juicio en contra de Israel comenzó en el capítulo 2 versículo 6, y no muestra ninguna señal de ser anulada. Ahora el Señor va a señalar a los confiados y a los orgullosos.

Amós 6

Ay De Los Confiados

¡Ay de los reposados en Sion, y de los confiados en el monte de Samaria, los notables y principales entre las naciones, a los cuales acude la casa de Israel! Pasen a Calne, y miren; y de allí vayan a la gran Hamat; desciendan luego a Gat de los filisteos; vean si son aquellos reinos mejores que estos reinos, si su extensión es mayor que la de ustedes, oh ustedes que dilatan el día malo, y acercan la silla de iniquidad.
Duermen en camas de marfil, y reposan sobre sus lechos; y comen los corderos del rebaño, y los novillos de en medio del engordadero; gorjean al son de la flauta, e inventan instrumentos musicales, como David; beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José. Por tanto, ahora irán a la cabeza de los que van a cautividad, y se acercará el duelo de los que se entregan a los placeres (Amós 6:1-7).
Nuestra naturaleza pecaminosa es la que nos produce la inclinación para hacer el mal (Romanos 7:18). En el momento en que bajamos la guardia, el mal comienza a penetrar lentamente en nuestras vidas. La única manera de poder prevenir esto es el permanecer en constante guardia. La complacencia, o confianza, es el mejor aliado que tiene la maldad. La complacencia hace que nuestros asideros se conviertan en fortalezas y así, muy pronto, nos encontramos tolerando lo que antes nos hubiera escandalizado.
Hay un viejo adagio que dice, los bloques de construcción se pueden convertir en bloques de tropiezo. Dos de los principales bloques con los que se construye cualquier sociedad son la seguridad y la prosperidad, y el Reino del Norte gozaba de los dos. Fieles a la forma, conforme la gente se sintió más segura y más próspera, se volvieron más complacientes, tolerando cosas que antes hubieran rechazado. En su caso era la idolatría y el maltrato a los menos afortunados. Ellos miraban sus envidiables estilos de vida como una señal de que estaban bien con Dios. Pero su tolerancia a la maldad había apresurado el Día del Juicio, y ese día había llegado.
En los EE.UU. la iglesia cristiana ha disfrutado durante 200 años de ser la religión casi oficial de la nación, mucho de ello durante tiempos de seguridad y prosperidad sin paralelo. Algunos de nosotros aun recordamos cuando el nombre del Señor era invocado antes de una reunión pública, en las reuniones de las escuelas y aun en nuestros lugares de clases.
Pero entonces las cosas empezaron a cambiar. La libertad religiosa se convirtió en liberarnos de la religión. La oración en las escuelas fue prohibida. Se legalizó el asesinato del feto. La complacencia de la iglesia para reaccionar ante esas cosas ha abierto la puerta a más y mayor maldad, hasta llegar a llamar lo que antes se conocía como obscenidad pornográfica, entretenimiento público; hemos asesinado más de 50 millones de niños, los “estilos de vida alternativos” son promovidos y celebrados, la frase “valores familiares” es considerada como lenguaje de odio por muchas personas.
Nuestra complacencia nos ha vuelto incapaces de responder a estos retos como un cuerpo, a pesar de que la Oficina Estadounidense del Censo dijo que el 76% de los adultos estadounidenses se declararon ser cristianos en el año 2012, y tanto nuestra seguridad como nuestra prosperidad han disminuido notablemente.

El SEÑOR Abomina el Orgullo de Israel

El SEÑOR Soberano juró por sí mismo, El SEÑOR Dios Todopoderoso ha dicho: Abomino la grandeza de Jacob, y aborrezco sus palacios; y entregaré al enemigo la ciudad y cuanto hay en ella.
Y acontecerá que si diez hombres quedaren en una casa, morirán. Y un pariente tomará a cada uno, y lo quemará para sacar los huesos de casa; y dirá al que estará en los rincones de la casa: ¿Hay aún alguno contigo? Y dirá: No. Y dirá aquél: Calla, porque no podemos mencionar el nombre del SEÑOR.
Porque he aquí, el SEÑOR mandará, y herirá con hendiduras la casa mayor, y la casa menor con aberturas. ¿Correrán los caballos por las peñas? ¿Ararán en ellas con bueyes? ¿Por qué ustedes han convertido el juicio en veneno, y el fruto de justicia en ajenjo? Ustedes que se alegran en nada, que dicen: ¿No hemos adquirido poder con nuestra fuerza? Pues he aquí, oh casa de Israel, dice el SEÑOR Dios Todopoderoso, levantaré yo sobre ustedes a una nación que los oprimirá desde la entrada de Hamat hasta el arroyo del Arabá (Amós 6:8-14).
Ya era demasiado tarde para el Reino del Norte. Su capital, Samaria, y el orgullo de Jacob, serían conquistados y destruidos. Habiendo deseado liberarse del Señor, ellos obtendrían su deseo. La sola mención de Su nombre, una vez fuente de consuelo, ahora traerá Su ira. Todo lo que el Reino del Norte había ganado en conquistas sería perdido hasta que finalmente la nación entera dejaría de existir, desde Hamat en el norte hasta el Arabá en el sur.
A su manera, muchos cristianos estadounidenses hoy en día son igual de orgullosos como los antiguos israelitas. No pueden distinguir nuestro país de nuestra iglesia. Le piden a Dios que “sane nuestra tierra” como si los Estados Unidos fuera la patria de nuestra iglesia, sin darse cuenta de que nuestra ciudadanía está en el Cielo (Filipenses 3:20-21). Solamente los cristianos estadounidenses escudriñan las escrituras buscando alguna mención de nuestro país, creyendo que un pueblo tan importante como el nuestro seguramente debe de encontrarse ahí. No se dan cuenta que en la Biblia los cristianos estadounidenses son llamados “la Iglesia” igual que los cristianos de todas las naciones.

Amós 7

Langostas, Fuego y Una Plomada

Así me ha mostrado el SEÑOR Soberano: He aquí, él criaba langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí era el heno tardío después de las siegas del rey. Y aconteció que cuando acabó de comer la hierba de la tierra, yo dije: SEÑOR Soberano, perdona ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño.
Se arrepintió el SEÑOR de esto: No será, dijo el SEÑOR.
El SEÑOR Soberano me mostró así: He aquí, el SEÑOR Soberano llamaba para juzgar con fuego; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra.
Y dije: SEÑOR Soberano, cesa ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño.
Se arrepintió el SEÑOR de esto: No será esto tampoco, dijo el SEÑOR Soberano.
Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil. El SEÑOR entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil.
Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más. Los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados, y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam (Amós 7:1-9).
El Señor le mostró a Amós visiones de dos castigos potenciales para Israel. Uno era una plaga de langostas que arrasarían con toda la vegetación y el otro era el fuego que devoraría toda la tierra. Amós le rogó al Señor que no ejecutara estos castigos, y el Señor los descartó.
La tercera visión de la plomada de albañil simbolizaba la inspección que un constructor hace de la exactitud de su trabajo. Al encontrar que estaba fuera de plomada, el constructor demolería el trabajo para empezarlo de nuevo. La plomada de Dios era Su justicia. Él midió el Reino del Norte y los encontró desnivelados. Su agente demoledor sería Asiria. Pero Amós no le rogó al Señor que descartara este juicio.
No creo que sea necesario mencionar que los EE.UU. no están a la altura de los estándares de Dios tampoco. Una vez que Él haya removido la Iglesia, la cual es justa por fe, Él procederá a demoler lo que quede de los EE.UU. también. Porque Dios sabe cómo rescatar a las personas piadosas de las pruebas mientras que al mismo tiempo guarda a las personas injustas para el día del juicio (2 Pedro 2:9).

Amós Y Amasías

Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a Jeroboam rey de Israel: Amós se ha levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede sufrir todas sus palabras. Porque así ha dicho Amós: Jeroboam morirá a espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio.
Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a tierra de Judá, y come allá tu pan, y profetiza allá; y no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino.
Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres. Y el SEÑOR me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel.
Ahora, pues, oye palabra del SEÑOR. Tú dices: No profetices contra Israel, ni hables contra la casa de Isaac.
Por tanto, así ha dicho el SEÑOR: Tu mujer será ramera en medio de la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tu tierra será repartida por suertes; y tú morirás en tierra inmunda, e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra (Amós 7:10-17).
Las profecías de Amós pasan de lo general a lo específico. El mismo rey morirá por la espada. Amasías fue la excepción a este pronunciamiento y, en general, a la intromisión de Amós en su territorio. Él sabía que Amós era del sur así que le dijo que regresará allá y se ganara la vida profetizando sobre el sur. Pero Amós no había sido contratado por nadie para ir al norte. Él hacía lo que el Señor le dijo que hiciera. Y una cosa que el Señor le ordenó hacer fue pronunciar juicio sobre Amasías y su familia. La otra fue para confirmar la desaparición de Israel.

Pero Esperen, Aun Hay Más

Hay una nota de pie de página para el capítulo 7 de Amós, pero ustedes tendrían que leer Amós en la versión de la traducción de la Septuaginta (en Griego) para verla. En lugar de cómo se lee el versículo uno anterior, en la Septuaginta se lee así: Así me ha mostrado el Señor Dios; he aquí, un enjambre de langostas vienen del este, y he aquí una oruga, el rey Gog.
Esta es una de las tres menciones de Gog en las Escrituras, las cuales abarcan un lapso de tiempo de casi 3.000 años, aquí en el Siglo VIII a.C., en Ezequiel 38, y en el Siglo XXI en Apocalipsis 20 al final del Milenio.
Aparentemente los traductores de la Septuaginta entendieron que Dios tenía en mente una fuerza sobrenatural para el juicio potencial que hizo que Amós previera esta visión. En su visión de Amós 7:1 Gog es identificado como el rey de las langostas. Pero Proverbios 30:27 dice que las langostas ordinarias no tienen rey, y quienes han observado los enjambres de langostas están de acuerdo en que no tienen ningún líder obvio que las dirija, como lo es una reina que dirige una colmena de abejas, por ejemplo. ¿Es Gog una figura sobrenatural del campo de Satanás, el cual Dios utiliza para que lidere esas fuerzas demoníacas para traer la justicia sobre Su pueblo? El amplio lapso de tiempo que abarca sus apariciones parece apoyar este punto de vista. Y si ese es el caso, entonces podemos entender porqué Amós preferiría a Asiria en vez de un enjambre de langostas demoniacas, como el agente de juicio de Dios.
Esto nos da un vistazo de otra aparición de langostas también. Me refiero a Apocalipsis 9:1-11, en donde un enjambre de langostas sube del abismo para afligir a los habitantes de la tierra que no tienen el sello de Dios en sus frentes. Estas langostas tienen un rey llamado Abadón en hebreo, o Apolión en griego. De nuevo aquí, Proverbios 30:27 nos indica que este no es un enjambre de langostas ordinarias, sino que es un agente demoníaco de juicio. Solamente los 144.000 testigos de las 12 Tribus mencionados en Apocalipsis 7:5-8 serán sellados antes de este juicio, y todos los demás seres vivientes, creyentes o no, serán presas fácil para este agonizante ataque. Las langostas no tendrán poder para matarlos, solamente para hacer que deseen morir (Apocalipsis 9:5-6).
Solamente el tiempo nos dirá si mi opinión acerca de Gog es cierta o no, pero yo no puedo dejar de pensar que quizás Amós tuvo un vistazo de uno de los juicios de los últimos días que caerán sobre el mundo. Tendremos más la próxima vez en la conclusión de nuestro estudio de Amós. 09/03/2013.

Título Original: Amos Speaks Again… Part 4
Traducido por Walter Reiche B.

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